Delirios

Delirios
Luna Lunera

martes, 11 de octubre de 2011

Nosotros Amamos

Nosotros amamos.

Susurra el aire, una hoja flota ligeramente y cae sobre un charco.
El humo de un cigarro viaja y entra en un automóvil, donde dos amantes se entregan a besos.

Tú los miras y la extrañas. 
En un suspiro se te escapa el alma. 
La sientes tan lejana como ayer, con el preludio del mañana.

Sosteniendo un bastón, aquella anciana, espera  el verde de un semáforo, para cruzar la calle.
El calor sofoca, el frio cala los huesos y el tiempo…
Aun recuerdas cada detalle.

Bajo la lluvia de esta ciudad, las pisadas se vuelven sonidos, los sonidos se vuelven palabras, las palabras nada…

Nosotros amamos.

En la terraza de un departamento, 
dos estudiantes, conversan sobre una película, 
y en el piso de abajo, un bebe llora.

La noche se hace presente y en algún lugar, en algún rincón, un pensamiento...

Nosotros amamos.

Nosotros amamos, tanto, mucho, poco, casi nada.
Más que ayer, menos que mañana.

Nosotros amamos y se nos sale el alma y se convierte en piedra,
el corazón se escapa y se convierte en nada.

La noche alberga  los vagos sonidos de la oscuridad.

Recostado en tu cama, escuchas su voz. 
Y ella te cuenta el cuento de los que no esperan, 
el cuento lamentable de los que no aman, los que no son amados, 
para marcharse con el alba y nosotros…

Nosotros amamos.

Nosotros sentimos, de pies a la cabeza, como el fuego nos quema las ganas, 
como el agua ahoga la calma, 
como el viento se lleva su sonrisa
Y la muerte es solo la suerte, con una letra cambiada.

Nosotros amamos.

Y tanto la amamos, tanto la llevamos como a uno mismo,
que ni ahora, sabiendo lo que menos habías de querer.
Dejas de amarla mucho, poco, casi nada.
Más que ayer y menos que mañana y el tiempo se te hace corto para extrañarla.

Por el boulevard de los sueños rotos, moja una lágrima antiguas fotos
Y una canción se burla del miedo.

En las calles de la amargura, le temes a las sombras del pasado.
En el basurero de los recuerdos, un gato busca las ultimas palabras,
La sonrisa que un día provocaste y el beso que no se darán.

La luna es una daga manchada de alquitrán.

Nosotros amamos.
Y mientras poco a poco va amaneciendo, 
Soñamos con esas miradas que enloquecen al más cuerdo.
Ni cien años de manicomio podrían borrar los recuerdos.

De un árbol viejo, cae una hoja y el viento la eleva, 
Una, dos, cien pasos, para después tirarla sobre un charco.
El tiempo, el mundo…
Al menos algo, siente lo que tú, por un segundo.

Y el humo de un cigarro pasa frente a ti. 
Te imaginas ser humo también y volar 
Uno, dos, cien kilómetros, para entrar por su ventana y acariciarla así.

Pasa el tiempo, los minutos, las atmósferas 
Y cada gota de sangre se transforma en ilusiones que no son más que nada.

Bajo la lluvia de esta ciudad, 
las pisadas se vuelven sonidos, 
los sonidos se vuelven palabras, 
las palabras nada…

Ahora te marchas lejos, muy cerca. 
En donde solo nosotros los que amamos, 
comprendemos y sentimos lo que ahora tú sientes.

En alguna cantina, un bar, el club de los iguales, 
Donde lloraremos todas y cada una de las penas.

Y en el último trago de licor, beberemos sus labios, como si nuestros fueran.
Cantaremos canciones como si las oyeran.

Y borrachos de melancolía, 
Gritaremos al mundo que nosotros sufrimos, 
Nosotros lloramos…

Mucho, poco tiempo, nosotros…
Nosotros amamos.

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